Lo que el Universo te da (y vos dudás aceptar)

Lo que el Universo te da (y vos dudás aceptar)

El arte de recibir con amor

Hablemos de lo que significa aprender a merecer.
¿Cuántas veces te han dado un regalo y sentiste pena al recibirlo? Quizás hasta dijiste que no, aunque en el fondo lo querías. Lo mismo pasa con los regalos que nos manda la vida: no basta con que lleguen, también hay que abrirnos a recibirlos.

La verdad es simple: te lo merecés solo por existir. No necesitás hacer algo extraordinario para justificarlo, porque tu vida ya es suficiente motivo.


Lo que el Universo te da (y vos dudás aceptar)

Detente un momento y preguntate:
¿Qué cosas me está regalando el Universo que no me animo a recibir?

Puede ser una casa, un carro, esa prenda que siempre quisiste y por fin compraste… pero también pueden ser gestos más sutiles: un abrazo sincero, unas palabras de cariño, una oportunidad inesperada. Todo eso también es para vos.

Hacé una lista. Reconocé lo que ya está llegando. Y recordá: no es un delito querer más de lo que tenés. Al contrario, es abrir espacio para que la vida te siga sorprendiendo.


Comparar no te quita, desear te impulsa

Muchas veces miramos lo que otros tienen y sentimos envidia. Pero, ¿y si en lugar de envidia dijeras: “Yo también quiero eso para mí”? Esa simple declaración abre tu corazón a nuevas posibilidades.

No te castigues si las cosas no llegan de inmediato. Merecer también es aprender a esperar. Con paciencia, vas ajustando tu energía a la frecuencia correcta para recibir lo que soñás.


Aceptar los cumplidos: un primer paso

¿Cuántas veces alguien te dijo: “¡Qué linda blusa!” y vos respondiste con algo negativo? Tal vez: “Ay, es viejísima, ni la uso”.

Aceptar un cumplido con un “¡Gracias, me encanta cómo me queda!” es un acto de merecimiento. Parece pequeño, pero entrenar tu mente a recibir sin excusas abre espacio para cosas más grandes.


Gratitud: la llave para recibir más

Las personas que más reciben no son las que más exigen, sino las que más agradecen.
La gratitud transforma lo ordinario en extraordinario. Cuando agradecés cada detalle, la vida entiende que estás lista para recibir más.


Recordá esto: merecer no es arrogancia. Es reconocer que sos digna de lo que soñás, tanto lo material como lo emocional. Y cuanto más lo aceptás, más espacio abrís para la abundancia en tu vida.

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